Santa Agueda
Zamarramala, donde la historia y la leyenda, la tradición y la modernidad, lo religioso y lo profano se confunden para dar paso a la fiesta de Santa Agueda, conocida popularmente como la fiesta donde mandan las mujeres.
Cuenta la leyenda que desde 1227 las Zamarriegas gozan de dicho privilegio, después de que los tercios segovianos reconquistaran el Alcázar en poder de los Sarracenos, poniéndolo a disposición del rey Alfonso VI. Aunque cronológicamente las fechas no coinciden, es seguro que grandes servicios debieron prestar a los Reyes de Castilla para concederles, exenciones, quintas y el derecho de Alcaldesado en el más amplio sentido del término.
La Epopeya narra como las mujeres zamarriegas engalanándose de las mejores galas, penetraron en la fortaleza formando una rueda de baile; anta la hermosura y el gracejo de las bailarinas, los guardias abandonan sus puestos para participar en la fiesta, hecho que aprovechan los hombres para tomar la fortaleza; recuerdo de aquella hazaña quedan las alabardas que se conservan en la iglesia parroquial y acompañan a la procesión de la Santa.
Así se refleja en las coplillas que José Luis Allas dedica a las gentes de Zamarramala y especialmente a sus mujeres.
De todos sea conocido
José Luis Allas
la hazaña de zamarriegas
nunca Rey fue tan servido
de mujeres tan dispuestas.
Los juglares musicaron
el gran acontecimiento
ello hizo que los Reyes
otorgaran mandamiento
La fiesta
De cómo se desarrollaba la fiesta antiguamente, tenemos muchos testimonios escritos, el del pintor y cronista romántico José Mª Avial y Flores es sin duda de los más completos en las descripciones de los trajes, el contenido de la fiesta, usos y costumbres e incluso reflexiones sobre la figura del hombre, crónica datada en el año 1.839.
En la actualidad las zamarriegas han sabido unificar la tradición con los tiempos modernos. Es una de las fiestas más originales y vistosas dentro y fuera de la provincia de Segovia declarada de Interés turístico Nacional en el año 1976.
El traje
De todos es sabido y por todos comentado que el traje de Zamarramala es especial, secretos guarda su mérito, las alcaldesas tienen que ir bien puestas como dicen los zamarriegos. Estos secretos se trasmiten de generación en generación y con sólo decir que el protocolo de vestir dura más de dos horas, el resto queda para la imaginación de cada uno.
Pero pocos saben, que no existe sólo un traje, sino cuatro y que cada uno cumple su función en un determinado momento. El traje de avisar ó de labradora que es utilizado para invitar a la fiesta tanto a los lugareños como a las autoridades de la provincia.
El traje de aguedera que es de adquisición individual y no puede contener símbolos de poder. El traje de Alcaldesa, que contiene en sí mismo todo el espíritu de la fiesta representando en cada una de sus partes:
- Poder y autoridad señorial, se representa con la montera, gorro romboidal de paño negro, rematado con 12 botones que representa a los 12 apóstoles, lo toca (velo blanco), la vara de madera (cedida por el alcalde de Segovia como símbolo del traspaso de poder que nos otorga la tradición), la bandeja y las grecas y cintas militares.
- Religiosidad y Maternidad que se reflejan en algunas piezas, joyas y adornos o como “los doce apóstoles” en la montera. Las cruces de oro y brillantes, las ruedas de rosarios y relicarios símbolos para proteger los pechos, el Cristo Tripero sobre el vientre de la mujer para proteger la fecundidad.
- La fuerza de la presencia femenina y la belleza en la lucimiento de sus trajes, la voluptuosidad de sus manteos, gracias a un par de enaguas especialmente almidonadas, su coleta, el jubón, la camisa de corchados
amén de muchos secretos que no vamos a desvelar al público. - Y por último la ostentación en la riqueza y antigüedad, que reflejan su poder económico en sus cadenas, sus cruces beneras, pendientes y perlas del río, gargantillas de dos o tres ruedas collares de coral, zapatos con hebillas de plata anillos etc.
El traje Gala igual que el anterior, pero cambiando el manteo al color azul y las cintas que son amarillas y rojas, reflejando la solemnidad y el luto que el día de las galas requiere, pues se luce en el día que se recuerda a las alcaldesas difuntas.
Ni que decir tiene, que las familias zamarriegas se esmeran en lucir sus piezas, heredadas de generación en generación no sólo como valor estético y de calidad, sino también sentimental, es un honor para las familias zamarriegas ver que sus alcaldesas portan joyas que pertenecen sus antepasados.